jueves, 12 de mayo de 2016

La libertad es interior o sólo una suposición: 'Azul' de Kieslowski


Por Tesa Vigal

'Azul' es la primera película de la trilogía de Kieslowski, dedicada a los tres colores de la bandera francesa: azul-libertad / blanco-igualdad / rojo-fraternidad. Cuando las estrenaron, en los 90, fue 'Azul' la que me impactó, y en su reciente reestreno hace un mes más o menos, la única que me apeteció volver a ver. De nuevo me impresionó la serena rabia con la que empieza desde cero su protagonista, una Juliette Binoche cuya interpretación me puso los pelos de punta. 

Esa aparente contradicción entre rabia y serenidad da lugar a una apabullante fusión, una actitud de entera sobriedad, sin concesiones, que abarca por igual a sus decisiones de vender algo, alquilar algo, destruir algo... tras desaparecer bruscamente su pasado en el accidente con el que comienza la historia, y que la coloca ante la posibilidad de enfrentarse cara a cara con la libertad. Con igual sobriedad se enfrenta y expresa sus sentimientos, aceptando lo que hay, dentro y fuera de ella. Y es su actitud lo que impacta, porque nace del centro de uno mismo, donde no sirven mentiras, ni vacíos formalismos, ni máscaras, ni siquiera furia. De nada sirve arremeter contra la lluvia, pero asoma la libertad en la manera de vivirlo. Justamente ahí reside el meollo de la libertad, que puede cambiarlo todo y crear infinitos caminos. 




La libertad no supone poder hacer cualquier cosa (se me ocurre que en ese caso desaparecería su vértigo misterioso), siempre hay circunstancias fuera de nuestro alcance, que nos vienen dadas como la lluvia, o el momento y lugar donde nacemos, la libertad es elegir cómo vivirlo aceptando las consecuencias. El vértigo de la dignidad interior, porque la dignidad no puede dártela nadie, y de ahí la naturalidad con que responde la protagonista a una propuesta de una vecina "en la que ya han firmado los demás vecinos": "No es asunto mío". La escueta decisión de dejar la vacía casa familiar, pendiente aún de venderse, a la amante de su marido, cuando se entera de su existencia y de que está embarazada. Porque la bondad no es debilidad ni tontería, sino todo lo contrario cuando es auténtica, y surge por lo tanto de la libertad, la empatía. 



La protagonista asume cómo se siente, aceptando que eso es lo que hay, y no hay por qué esconderlo, tampoco exhibirlo. Ambas cosas serían ya espurias, interpretaciones de un personaje tapando a la persona. Y, en este viaje interior, es fundamental el enorme magnetismo de J. Binoche, apenas sin palabras me transmitió todo lo anterior y algo más que desbordaba hondura, firmeza, fragilidad... Como en esa escena estremecedora en que descubre una rata, pide prestado el gato de un vecino, lo mete en la habitación para que se coma al roedor y a sus crías, y luego huye asustada, sin atreverse a volver a su casa, conmovida, vulnerable, hasta que recibe la ayuda de una vecina. 

Cada gesto parece surgir del fondo de un pozo. Cada mirada trata de entender el mundo misterioso que nos rodea y del que también formamos parte, sin poder evitarlo. Toda la historia está empapada de una atmósfera sin nombre, cuando todo acaba y comienza, en tierra de nadie. La libertad siempre es fronteriza. 

También me ha encantado el premio Nadal del año pasado, 'Cabaret Biarritz', de José C. Vales, melancólica novela envuelta en áspera lucidez, su huella laberíntica a través de la investigación de un periodista sobre varias muertes, ocurridas en los años 20, en la costa azul, bajo su apariencia alocada, vital, soleada. Caleidoscopio de miradas, suposiciones, cartas, interpretaciones, selección de recuerdos. Y la verdad escurriéndose entre los agujeros de la red que nos envuelve.

Y la gloriosa canción de Prince 'purple rain', cuyo final inesperado, instrumental, envolvente, la vuelve única, y sin embargo está cortado en la mayoría de los enlaces de internet. Por eso incluyo la versión original del disco, además de una actuación en directo en la que se ve cómo se las gastaba Prince en directo, y es un flipe ver algunas caras de los asistentes:

http://es.musicplayon.com/play?v=603996

Y aquí la versión integra con el largo final incluido: Ejem, sintiéndolo mucho el enlace lo han retirado, así que recomiendo que lo escuchéis en el disco del mismo nombre, es la última canción. Es una pena que amputen ese final tan único en todos los vídeos. Pero ahí está la actuación del enlace de arriba.






          

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